Un minuto en la Tienda (Libre)
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Un minuto en la Tienda (Libre)
PNJ: Kent Hiori
El sol mañanero abraza totalmente el cuerpo de las personas. No es un buen día para salir a caminar, pero sí un buen día para probar alguna clase de refresco. Eso era lo que Kent había decidido hacer. Se dirigió a la primer tienda que encontró en su barrio. No era más que un pequeño negocio familiar con lo justo y necesario ubicado en una esquina.
¡Bienvenido a mi tienda!, le dice el vendedor al ver que su cliente ingresa.
Tratando de colocar un rostro intimidante, Kent lo mira y le dice con una voz varonil: Buenos dias... Realmente, no eran las palabras ideales a responder si quieres hacerte pasar por una persona intimidante. Hiori se dirigió directamente al refrigerador de bebidas y comenzó a revisar los productos. Estaba deseoso de una de esas típicas bebidas energizantes que aparecen en cualquier comercial de Tv. Pero lamentablemente, no había ninguna.
Oh, ¡demonios!, ¿no hay más bebidas energizantes?, dice quitando su intimidante rostro y colocando uno de niño caprichoso.
Lo siento señor, llegarán mañana, le responde el vendedor disculpándose por no tener lo que el cliente quiere.
Quizás para mañana ya me muera de calor, dice en voz baja sin quitar su caprichoso rostro y mirando de reojo al vendedor de la tienda.
El sol mañanero abraza totalmente el cuerpo de las personas. No es un buen día para salir a caminar, pero sí un buen día para probar alguna clase de refresco. Eso era lo que Kent había decidido hacer. Se dirigió a la primer tienda que encontró en su barrio. No era más que un pequeño negocio familiar con lo justo y necesario ubicado en una esquina.
¡Bienvenido a mi tienda!, le dice el vendedor al ver que su cliente ingresa.
Tratando de colocar un rostro intimidante, Kent lo mira y le dice con una voz varonil: Buenos dias... Realmente, no eran las palabras ideales a responder si quieres hacerte pasar por una persona intimidante. Hiori se dirigió directamente al refrigerador de bebidas y comenzó a revisar los productos. Estaba deseoso de una de esas típicas bebidas energizantes que aparecen en cualquier comercial de Tv. Pero lamentablemente, no había ninguna.
Oh, ¡demonios!, ¿no hay más bebidas energizantes?, dice quitando su intimidante rostro y colocando uno de niño caprichoso.
Lo siento señor, llegarán mañana, le responde el vendedor disculpándose por no tener lo que el cliente quiere.
Quizás para mañana ya me muera de calor, dice en voz baja sin quitar su caprichoso rostro y mirando de reojo al vendedor de la tienda.
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